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¿QUÉ HAY DE ECO EN UNA CAMISETA DE 3€?

Actualizado: 30 mar

Llevaba bastante tiempo queriendo escribir sobre este asunto, la verdad, y tras la noticia publicada esta semana sobre la multa de 500.000 euros a H&M (tras una demanda por vender de manera engañosa productos no sostenibles publicitándolos como tal) creo que ha llegado el momento.

Se podría decir que la nueva moda de esta década es el “ecofashion”. Piensa un momento en una firma de moda, seguro que en alguno de sus productos añaden el “eco” o “sustainable” ¿Pero realmente esas prendas son ecológicas o, al menos, producidas de forma sostenible? Entrecomillo la palabra “ecofashion” por varios motivos:

Lo primero, para que una prenda sea 100% ecológica, requiere de una serie de premisas bastante estrictas para conseguirlas. Una larga serie de pasos, todos ellos ecológicos, que retrocede desde el comienzo de la cadena de producción. Por tanto, para que una prenda sea 100% ecológica el tejido debe serlo, ese tejido antes fue una plantación (pongamos el caso del algodón que es el más común utilizado) la cual debe haber sido tratada de manera ecológica. Si continuamos la cosa se complica, el hilo también debe ser ecológico, así como el tema de tintes, etiquetado y packaging. El taller donde se realice también debe ser eco y cumplir con todos los permisos en regla que marcan las nuevas leyes de ecología para la industria textil; y por último y no menos importante, que cada trabajador implicado en esta cadena de producción debe de haber percibido de manera justa su salario. Por tanto, si se tienen en cuenta estas remisas y se echan números… igual ya no renta tanto producir una prenda ecológica ¿verdad? ¿Realmente las marcas que venden prendas ecológicas, sobretodo las marcas de moda rápida, están ofreciendo un producto correcto o estamos siendo engañados?



Si continuamos analizando, crear una prenda de manera sostenible es algo más sencillo. Partes de la base de que en alguna parte del proceso no vas a poder garantizar 100% al cliente que sea ecológica por la complejidad que ello supone, pero sí puedes especificar al cliente si se trata de una prenda realizada con materiales sostenible, fabricada en proximidad y tratando de ser lo más respetuoso posible con el planeta. Pongamos un ejemplo, una prenda puede estar fabricada con Lyocell (un tejido sostenible fabricado con celulosa) pero la firma que la venda debe garantizar que ese tejido es verdadero y no falso y que la prenda se ha producido en cercanía por personas que han cobrado por su trabajo de manera correcta ¿Igual la prenda ya no es tan barata verdad?


Como podemos observar, a esta moda de prendas sostenibles se han sumado muchas marcas, la mayoría de moda rápida, para hacerse un lavado de imagen conocido como “greenwashing” y así conectar mejor con un público cada vez más sensibilizado por el cuidado del medio ambiente y seguir ganando dinero bajo una imagen eco. Por tanto, cuando vayas a comprar y veas una camiseta “ecológica” a un precio de 3€… ten por seguro que muy ecológica no es. Precisamente es lo que ha sucedido recientemente con H&M y Decathlon que han cedido y se han comprometido a “ajustarse o dejar de hacer declaraciones sostenibles respecto a su producto o su página web”, según se desprende de dos comunicados emitidos por Netherlands Authority for Consumers and Markets (ACM).

La decisión de los dos gigantes de distribución de moda llega después de que la organización los culpase de utilizar claims engañosos en materia de sostenibilidad. H&M ha donado 500.000 euros y, Decathlon, 4000.000 euros a “causas que estén comprometidas con la sostenibilidad en la industria de la moda” para “compensar por sus declaraciones poco claras y no basadas en hechos”. Las compañías también “han prometido que informarán a los consumidores de un modo más claro para evitar el riesgo de engañarles respecto a la sostenibilidad. Esta noticia llega apenas un mes después de que H&M fuese demandado por el tribunal federal de Nueva York, que alegó que la compañía “introducía información engañosa” relacionada con la sostenibilidad en sus comunicados y “vendía sus productos como mejores para el medio ambiente cuando, en realidad, no lo son”. Como ellos muchas marcas más que ya están siendo miradas con lupa, afortunadamente, gracias a las nuevas leyes mundiales que de ecología y medio ambiente que se están empezando a aplicar en la industria de la moda, una de las industrias más contaminantes.


Por último, me gustaría recordar el origen de esta preocupación por la moda sostenible para que nos ayude a todos, como consumidores de moda, a saber qué consumimos y cómo podemos hacerlo de forma más consciente y responsable.

Allá por el año 2012, comienzan a escucharse términos como slow fashion o moda sostenible Kate Fletcher, activista, escritora, amante de la naturaleza y empresaria fue la primera en introducir el término slow fashion. Ella comenzó a argumentar que es posible producir ropa y vestirse de manera responsable. Aunque el detonante para mostrar la importancia de la producción sostenible fue el trágico suceso ocurrido en 2013 en el desastre del Rana Plaza donde, tras el derrumbe de un edificio de 8 plantas en Bangladesh, fallecieron 1.135 trabajadores y 2.500 heridos del sector textil. Así comenzó una Fashion Revolution que se conmemora cada 20 de abril. Si quieres conocer más sobre este tema, te dejo por aquí un post que puede servirte de ayuda. https://carolhd.wixsite.com/carolhd/es/post/dise%C3%B1ar-de-manera-sostenible

Cuéntame, ¿Qué opinas ahora al respecto?

 
 
 

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